Un clásico de la cocina española, este plato combina la textura cremosa de los garbanzos con el sabor ahumado y ligeramente picante del chorizo, resultando en un guiso contundente y reconfortante.
Características principales
Base de garbanzos: Se utilizan garbanzos cocidos (preferiblemente remojados desde la víspera para mejor textura).
Chorizo: Aporta grasas y sabores intensos. Suele usarse chorizo fresco o curado, en rodajas o trozos.
Sofrito: Cebolla, ajo, pimiento y tomate forman la base del guiso.
Caldo: Se cocina con caldo de carne o agua, infusionando los sabores.
Especias: Pimentón (dulce o picante) y laurel son clave para el aroma.
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